jueves, 16 de abril de 2015

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12 características de una persona tóxica



¿No te pasa que hay veces que después de estar con alguien sientes que te ha robado la energía y vuelves a casa decaíd@ y sin ánimo? ¿O que pase lo que pase siempre acabas teniendo la culpa de algo que no sabes bien qué es, pero acabas saliendo esquilad@? Bien, es posible que tengas un amigo tóxico (o compañero, familiar, pareja...). 


Si esta persona es alguien muy cercana, la justificarás, porque en definitiva "es así". 

Verás, llegó un momento en mi vida en el que me di cuenta de que había justificado demasiado y acabado accediendo a cosas que me hacían sentir incómoda y poco respetada por quienes se suponía que me querían. Hubo muchas situaciones en las que me sentí sencillamente mal y, después de años sin entender qué pasaba, algo hizo saltar mis alarmas: yo misma había permitido que me trataran de esa manera. Si ni siquiera yo era capaz de poner límites, por supuesto que había gente que los cruzaba, y no podía culparlos a ellos. Entonces empecé a fijarme más en los comportamientos de mis supuestos amigos y descubrí realidades muy dolorosas que, por la necesidad de sentirme querida, no había querido ver hasta entonces. 

Descubrí que siempre era yo quien llamaba para interesarme por sus asuntos, pero pocas veces la conversación giraba hacia mis propios asuntos. Hice la prueba de dejar de llamar para comprobar si alguien me echaba de menos. Adivina. Exacto. Jamás volví a oír de esas personas. 

Descubrí que la gente recurría a mí cuando necesitaba algo de mí. Cuando aquello se solucionaba, de repente no volvían a tener tiempo para mí. 

Descubrí que no se alegraban si me ascendían en el trabajo o había recibido una buena noticia; es más, sentía cómo se molestaban por ello. Tampoco estuvieron a mi lado cuando tuve problemas. 

Comprendí que, igual que criticaban al resto del mundo, también lo hacían conmigo en cuanto me daba la vuelta. 

Decidí valorar cómo me hacía sentir cada persona de mi entorno y dedicar mi tiempo en proporción. No sentí miedo de la soledad. Al contrario, sentí que dentro de mí nacía el poder de decidir: decidir ser respetada, querida, feliz. Enterré a esa personita insegura, con miedo de decir lo que piensa por si alguien fuera a molestarse, y decidí recortar para tener más tiempo y energía que dedicar a la gente que sí merece tenerlo. Y qué sensación tan diferente y grata, quedar con alguien y volver repleta de energía y alegría. Así es como uno debe sentirse cuando se toma un café con un amigo, familiar o pareja. Ésta es la sensación natural. Sólo que cuando te rodeas de gente que te hace sentir poca cosa, te acostumbras y das por válida la situación, sin ser consciente de que algo está fallando

En mi caso probablemente los avisos de mi interior se estaban produciendo hacía muchos años, pero hicieron falta muchos palos para realmente darme cuenta de que aquello no era normal. La sola decisión de enfocarme sólo a la gente adecuada, trajo mucha más gente maravillosa a mi mundo. Personas con las que desde el minuto uno he podido ser yo misma y me he sentido aceptada y especial. El tipo de personas que te quiere con todos tus defectos incluidos, por lo que no tienes que ocultarlos. Personas que aprecian tus cualidades y te animan para sacarles más partido y mejorar. Personas a las que ni siquiera es necesario ver a diario, porque tienes la seguridad de que están ahí para ti, de la misma manera en la que tú lo estás para ellas. 

Por eso, si hay alguien en tu vida con la que sientes que te usa a su antojo, que siempre tiene razón, que antepone sus necesidades a las de cualquiera, que no se alegra por ti ni te apoya en tus ilusiones... deja de justificarla por "ser así". No hay excusa que más me guste: "es que yo soy así". Pues vale, resulta que yo soy "asao", y eso no incluye aguantarte porque hayas nacido "así". Sé que suena drástico, pero en este momento de mi vida soy (por fin) muy consciente de que sólo quiero rodearme de quien me hace feliz. Porque sólo voy a estar aquí una vez, y quiero disfrutarlo. Las malas experiencias llegan igualmente, pero poder contar con gente que te alienta, te impulsa hacia tus metas, cree en ti... lo hace todo más fácil. Así que ahora que tengo el radar de amistades verdaderas funcionando, me permito ser más selectiva y hacer caso a mi intuición, cuando me dice que algo no va bien.

Comprueba si alguna de estas 12 características te son familiares. En breve hablaré de cómo lidiar con este tipo de gente, por si tienes a alguien así en tu entorno. Abre bien los ojos :) 


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