Sí, ha pasado. Estoy hech@ polvo. ¿Y ahora?

Pues ahora nada.

Lo asumes.

No te queda otra.

No puedes dar marcha atrás en el tiempo, así que sea lo que sea, ha pasado de verdad. Llora si hace falta. Pero una vez pasado el susto, no puedes quedarte eternamente a lamentarte, ni a buscar culpables (o peor, a culpabilizarte), ni a compadecerte por la situación en la que quedas. ¿Por qué no? Pues sencillamente porque no te lleva a ningún sitio. ¿O sí? ¿Flagelarte lo soluciona? Pues eso. Recompónte y acepta que las cosas ahora son así. ¿Cuál es tu siguiente paso? ¿Hay algo que debas hacer? Adelante, ármate de valor y a por ello. Por esconderte detrás de la pena no vas a evitar ese trago. Cuanto antes mejor.