Por lo menos un motivo. Siempre lo hay.
Si no te viene a la mente ello solo, dedica unos segundos a pensarlo. Pero busca al menos un motivo y sonríe. Sí, sonríe.
¿Te sientes ridícul@? Pues hazlo igual.
Sólo con este gesto (aunque sea una sonrisa forzada) tu cerebro segrega serotonina y ya eso es ciencia:
te sientes mejor.
Somos 100% química y acabas de hacer que tu composición sea un poco más feliz. Y sólo mientras leías esto.
Alucinante, ¿no?
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